Ejercicio de stress test EBA 2020

La Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), lanzó oficialmente el día 31 de enero el EU-wide stress test correspondiente a 2020. Recordemos que este ejercicio de estrés global, que incluye todos los tipos de riesgos, se realiza en los años pares mientras que en los años intermedios la EBA conduce ejercicios de estrés específicos (por ejemplo, en 2019, el estrés de liquidez).

El ejercicio de este año se pone en marcha en medio de una importante controversia sobre la efectividad del mismo tal y como estaba diseñado actualmente. Tanto José Manuel Campa como Andrea Enria, han comentado en varias ocasiones la importancia de que la metodología de dicho ejercicio capture con la máxima exactitud los riesgos potenciales a los que se ven expuestos los bancos europeos. De hecho, la propia EBA ha emitido un documento consultivo para revisar la metodología de cara al 2022. Por otro lado, también se ha suscitado la polémica por la carta que el ECB ha remitido a las entidades financieras instando a no comparar y alinear resultados con los bancos comparables, bien sea por compartir directamente información o a través de las empresas de consultoría.

La principal novedad radica en que, en esta ocasión, el escenario adverso contempla un escenario de recesión combinado con tipos muy bajos o negativos, durante un largo periodo de tiempo. En concreto se contempla una caída del PIB de la UE de 4.3%, un incremento de la tasa de paro de un 3.5%, una caída de los índices bursátiles de un 25% (un 40% en el caso de los países emergentes), una bajada del valor de la vivienda de un 16% y de un 25% en el caso de locales comerciales, de forma acumulada hasta 2022. Dicho escenario supone la materialización de los principales riesgos identificados por el ERSB (European Systemic Risk Board), y ha sido calibrado por el ECB y la propia EBA. Este escenario tan ácido, daría lugar también a incrementos en las primas de riesgo de la deuda pública y privada, y conduciría a las entidades a buscar rentabilidad a cambio de infravalorar los riesgos en el pricing de las operaciones.

Los resultados de dicho ejercicio se esperan publicar el 31 de julio de este año. A partir de ese momento contaremos con la información comparable sobre la resistencia de los grandes bancos de la UE (incluyendo aún bancos británicos) a shocks de la economía. Además, los resultados serán un input más para el Proceso de Revisión y Evaluación Supervisora (SREP por sus siglas en inglés). Por su parte, el ECB va a conducir un stress test paralelo para 35 bancos significativos que están bajo su supervisión pero que no han entrado en el criterio de selección de la EBA.

En este artículo nos vamos a centrar en los aspectos metodológicos a alto nivel, incluidos en el apartado asociado directamente al riesgo de balance, en concreto en el Net Interest Margin (NII).

  • Alcance general del ejercicio de estrés.

Los bancos deben realizar dos proyecciones, una partiendo del escenario base y la otra aplicando el escenario adverso descrito anteriormente. Un aspecto importante a tener en cuenta es que se debe separar los dos componentes del tipo de interés, el tipo de referencia (curva libre de riesgo) y el spread que aplica el banco (por riesgo de crédito o de liquidez) para las distintas operaciones. Esto resulta de especial importancia y complejidad en el caso de productos a tipo de interés fijo, en los que se deberá considerar el tipo libre de riesgo,  para el plazo original, a fecha de inicio de la operación para deducir el componente de spread de la misma.

Dichas proyecciones están sujetas a una serie de restricciones, básicamente en el sentido de que el resultado de las simulaciones bajo el escenario adverso debe generar pérdidas respecto al resultado de 2019 y deben considerar el impacto de las provisiones de NPL (non-performing loans).

En ambos escenarios se considerará que todas las cuentas a la vista reprecian de forma inmediata (a diferencia del ejercicio de 2018). También en ambos, se deberán aplicar unas curvas de tipos a futuro consistentes con el escenario macro planteado, y considerando, en la renovación de los pasivos, un mínimo fijado por el incremento de las primas de financiación tanto del país (medido teniendo en cuenta el vencimiento a 10 años), como del propio banco (riesgo idiosincrático).

En el caso de las posiciones a fair value (FVOCI, FVPL y coberturas contables), se considerarán sólo los intereses, dado que el impacto en valor de mercado estará recogido en el estrés de riesgo de mercado.

Las comisiones incluidas en el NII también deberán formar parte del ejercicio de estrés. El resto de las comisiones están excluidas del mismo.

  • Supuestos y consideraciones relevantes y requerimientos de información.

Balance estático, las proyecciones se deben hacer con un nuevo negocio “flat” (es decir, las nuevas operaciones mantienen el importe y las características financieras) en ambos escenarios. Se deben incluir los derivados.

No se considerarán la opcionalidad de comportamiento del cliente. Es decir, no se considerarán prepagos y las cuentas a la vista no tienen duración. En el caso de emisiones callable por parte del tenedor se considerará la primera fecha de ejercicio como vencimiento.

En el caso de instrumentos con opciones financieras implícitas, los bancos deben separar ambos componentes, aplicar la metodología correspondiente a cada parte y reportar los  resultados también por separado.

A los instrumentos elegibles como AT1 no se aplicará la metodología para el estrés del NII.

Como se ha descrito anteriormente, se aplican determinadas restricciones sobre el resultado, teniendo en cuenta provisiones para NPL, obtenido en el caso del escenario adverso. En concreto se pretende evitar compensaciones entre las pérdidas por el incremento del volumen de NPL  y las ganancias por el incremento de los ingresos para el resto de la cartera crediticia. En la práctica, esto supone que los ingresos en la cartera de inversión crediticia en situación regular tiene un cap según los resultados de partida. Todo esto se aplica a nivel grupo agregado.

Una métrica muy relevante en el ejercicio es el cálculo del EIR (tasa de interés efectiva por sus siglas en inglés, y que se define como los ingresos y gastos por intereses respecto al volumen medio en un periodo determinado). Prueba de ello es que se incluyen una serie de restricciones aplicables para garantizar la consistencia del EIR  y de sus componentes a lo largo del todo el horizonte de la simulación y respecto al punto de origen (2019).

Por último, nos gustaría destacar que, puesto que no se considera una variación de política monetaria en los escenarios estresados, se espera que los bancos mantengan el mismo spread que aplica actualmente el Banco Central (calculado como el tipo actual menos el tipo relevante de mercado a corto plazo) en las simulaciones.

Como conclusión de todo lo anterior se deduce el elevado grado de complejidad que, para las entidades financieras, supone la realización del ejercicio de estrés. Durante estos meses, se va a dedicar una gran cantidad de recursos a la ejecución de este requerimiento regulatorio y se va a someter, a su vez, a las herramientas de ALM a un ejercicio de estrés, para tratar de cubrir todas las exigencias en cuanto a cálculo y parametrización.

Queda claro pues, la importancia de que los bancos cuenten con una herramienta de ALM lo suficientemente flexible, manejable, potente y exacta para poder realizar las simulaciones cumpliendo todos los requisitos y, minimizando en lo posible, la dedicación de recursos durante el primer semestre de cada año.

https://eba.europa.eu/eba-launches-2020-eu-wide-stress-test-exercise

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