La crisis de nuestra generación: El origen

Me gustaría empezar mi participación en el blog hablando de la crisis de 2008. Es la crisis de nuestra generación y la que ha marcado los profundos cambios regulatorios que han impulsado la práctica de nuestro negocio.

Antes de llegar al momento de la crisis hay que entender cómo ha alcanzado esta situación, creo que la mayoría de análisis se hacen desde un punto de vista del momento de la crisis y no se echa la vista demasiado atrás. Voy a intentar tratar tres puntos fundamentales a lo largo del artículo y el impacto de la intervención en cada uno de ellos.

El primer punto es el tipo de interés: qué es el tipo de interés, cómo se establece, quién lo fija y cómo impacta en nuestra economía. A continuación trataré el flujo del crédito, como consecuencia de unos tipos de interés bajos debido al deseo de incentivar el crédito y el consumo y el crecimiento de la burbuja inmobiliaria, de la mano de las ‘subprime’. Por último trataré de sintetizar los principales aspectos de la regulación vigente en ese momento, Basilea II y cómo ha impulsado el crecimiento de «bola de nieve» previa a la crisis.

El Tipo de Interés

El tipo de interés es el precio del dinero a un plazo dado, por ejemplo, si alguien te pide prestados 10.000€ para devolvértelos en 1 año ¿cuánto esperarías recibir?

El coste de oportunidad de no disfrutar de estos 10.000€ ahora y recuperarlos en 1 año es lo que define el interés. Ese dinero podríamos utilizarlo inmediatamente para comprar un coche, para viajes, para… A cambio de no poder usarlo esperaríamos recibir algo más de dinero, ¿cuánto más es razonable? ¿11.000€? ¿10.500€? A día de hoy, el Euribor-12M (el tipo de interés más común para las hipotecas) está en 0,539%. Este es un tipo libre de riesgo de crédito, es decir, que tienes certeza absoluta de que el dinero se te va a devolver. Con este tipo de interés te estarían devolviendo 10.053,9€. Y esta es la gran pregunta, ¿esto es realista? ¿alguien prestaría 10.000€ durante un año para recibir a cambio 53,9€? y ¿cómo es que los bancos prestan dinero a un tipo mucho más alto, si es que lo prestan, para comprar una casa?

Una de mis grandes sorpresas cuando empecé a trabajar en el sector financiero fue descubrir que el precio del dinero no se marca en base a la oferta y la demanda, como la mayoría de precios de nuestra economía, sino que están fijados artificialmente y con políticas muy intervencionistas.

El tipo de interés se fija de forma diferente en Estados Unidos y en Europa, pero en un mercado global como el que existe, el impacto de uno en el otro están muy correlacionados. En Estados Unidos existe el Federal Funds Rate. Este tipo de interés se fija por el Federal Open Market Committee, un comité que se reúne ocho veces al año y decide el valor del tipo de interés al que los bancos se prestan el dinero. La realidad es que no obligan a los bancos a prestar a este tipo, sino que realizan operaciones en el mercado (prestando o tomando dinero) para que se mantenga el tipo fijado. No voy a entrar en demasiado detalle para no desviarme del tema (si alguien tiene interés le paso alguna referencia en los comentarios).

En Europa el Euribor y el Libor se calculan realizando una encuesta entre los bancos de la zona todos los días sobre las operaciones interbancarias realizadas y se calcula el tipo medio (de forma resumida). En teoría, en Europa el tipo debería ser más realista, pero la realidad, como comentaba antes, es que en un mercado global los tipos están correlacionados, a lo que hay que sumar los recientes escándalos de dichas encuestas. Si Estados Unidos presta dólares a un tipo bajo, en Europa valdría con tomar prestados dólares a ese precio y cambiarlos a euros. Tampoco voy a entrar al detalle en cómo funciona el tipo de cambio para no alargarme. Básicamente, si en el mercado hay dinero el tipo se mantiene bajo, y si Estados Unidos fija el tipo de interés impacta a los tipos a los que se prestan los bancos de todo el mundo.

Pero ¿por qué Estados Unidos ha mantenido bajos los tipos de interés? Desde los máximos de 1980-1982, donde los tipos estuvieron por encima del 19% los tipos han bajado hasta los mínimos históricos en los que nos encontramos los últimos años. En 2004, los tipos estaban en poco más del 1%. El propósito de esta bajada de tipos es incentivar el consumo. Si un préstamo, una hipoteca o una tarjeta de crédito cuestan poco dinero al consumidor obviamente tomará más dinero prestado para utilizarlo en su vida cotidiana. Y por otro lado, si el interés de tener el dinero en una cuenta de ahorro es bajo, bien utilizará este dinero o lo invertirá en algo más rentable.

El Flujo del Crédito

Y aquí es donde se junta el hambre con las ganas de comer. Por un lado, los bancos necesitan dar mucho más dinero para obtener la misma rentabilidad, o mayor como se les suele exigir. Es decir, si antes dando un préstamo de 100€ al 10% recibía 10€ de intereses, ahora al 1% tiene que dar 1.000€ en préstamos. Y si a esto, le sumamos que hay una liquidez casi infinita en el mercado, se consigue lo que la FED (el regulador de Estados Unidos) quería desde un principio: que el crédito llegue a las personas.

Por otro lado, las personas pueden conseguir dinero barato, pero este dinero luego no produce rentas si se deja en un depósito, una cuenta o un fondo, con lo que el consumidor lo invierte en un mercado que sí es muy rentable y que en ese momento tiene un crecimiento fortísimo: la vivienda.

A todo el mundo le suena la crisis de las ‘subprime’. Esto no es otra cosa que los bancos, para seguir dando crédito y mejorando las cuentas de resultados, dejan dinero a clientes con altísimo riesgo, sin trabajo, sin posesiones. A estos clientes, además, se les puede cobrar un tipo más alto por el riesgo de crédito, e incluso dejarles más dinero que el que necesitan para la vivienda ya que al ser un bien que se aprecia tan rápido es justificable. Este dinero lo utilizarán para la casa, coches, e incluso ir devolviendo al banco las primeras cuotas del dinero prestado.

Pero no pensemos que el problema ha sido únicamente de las ‘subprime’.

La Regulación

Para terminar con el origen de la crisis vamos a ligarlo con la regulación. Debemos preguntarnos cómo la regulación bancaria permite este tipo de situaciones. En junio de 2004 se publicó la regulación de Basilea II. Esta es una regulación de riesgos aceptada mundialmente y que establece una serie de medidas para mitigar los riesgos. La semana que viene tendremos preparado un artículo precisamente de esta regulación. Resumiendo la parte que nos interesa, Basilea II establece para el Riesgo de Crédito, es decir, el riesgo de que no se pague el dinero que se debe, una fórmula para calcular las provisiones. Si prestas a un cliente «malo» tienes que tener guardado más dinero que si prestas a uno «bueno».

Aquí es donde la ingeniería de productos financieros entra en acción y los bancos estadounidenses (disculpad que personalice, pero ahí comenzaron estos productos) diseñan unos productos mediante los cuales muchas hipotecas se juntan en un paquete (ya explicaremos cómo funcionan las titulizaciones) y se venden juntas, y sobre este paquete se adhieren otros productos donde se transfiere el riesgo a un tercero que compra este producto a cambio de una suma de dinero (también hablaremos de derivados de crédito, que son estos productos). De esta forma se encuentra la trampa a la regulación, se pasa a otro el riesgo de impago y se queda un balance más «limpio».

Estos paquetes y productos tienen un rating, os sonarán las empresas de rating como Standard&Poors, Moodys o Fitch. La cuestión es que Basilea II también marca cuánto dinero hay que tener en provisión según el rating del producto, es decir, si tiene un rating muy bueno hay que guardar menos dinero que si tiene uno malo. Y de nuevo se juntan dos partes complicadas ya que estas entidades de valoración reciben más dinero si valoran un producto como bueno que si lo valoran como malo… algo que también interesa al banco.

El escenario previo a la crisis

Como resumen de cara a retomar el tema en el siguiente artículo:

El origen
  • El tipo de interés se fija artificialmente bajo, para incentivar el consumo
  • En consumo se incentiva pero la inversión se va a las hipotecas
  • Los bancos tienen que dar muchas más hipotecas para obtener la misma rentabilidad que obtendrían con tipos altos
  • Las hipotecas se dan a todo tipo de clientes: buenos, malos y muy malos o ‘subprime’
  • La ingeniería financiera permite crear complejísimos productos para pasar a un tercero el riesgo de crédito
  • Tanto a las empresas de rating como a los bancos les interesa que estos productos tengan una muy buena valoración

 

Y este es el cocktail que tenemos justo antes de que estalle la crisis… estaba claro que esto bien no podía acabar.

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En la próxima entrada de esta serie hablaré del estallido y las repercusiones en el sistema financiero, espero que os haya gustado. Cualquier comentario estaré encantado de responder.

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