Valor en riesgo o value at risk -VaR-

Las entidades financieras cuentan con multitud de herramientas a la hora de medir y gestionar su  riesgo. Una de las medidas más utilizadas es el Valor en Riesgo o Value at Risk  -en adelante VaR-, que se define como la máxima pérdida esperada que puede tener la posición de una cartera en condiciones normales de mercado, bajo un nivel de confianza y horizonte temporal determinados.

La elección del VaR como métrica para la medición del riesgo responde a varios motivos:

  • Se trata de una metodología que permite homogeneizar el cálculo de los diferentes riesgos que acontecen en una entidad
  • Resulta de fácil comprensión para la alta dirección y reguladores
  • Su uso está muy generalizado entre las entidades financieras

A la hora de calcular el VaR, la definición de los principales parámetros objeto de análisis goza de gran importancia. Los más importantes son:

  • Horizonte temporal: Se trata del periodo de tiempo para el que se quiere llevar a cabo el análisis de la máxima pérdida posible. El horizonte temporal varía en función de la cartera objeto de análisis. En posiciones con alta liquidez es común la utilización de un horizonte temporal de un día, mientras que para posiciones de baja liquidez se suele utilizar un mes. Existen situaciones donde se puede llevar a cabo el cálculo del VaR con un horizonte temporal más elevado (trimestral, anual…) pero se corre el riesgo de que se lleve a cabo alguna modificación en la cartera que pueda desvirtuar el resultado obtenido. Además, es importante tener en cuenta que para horizontes temporales mayores se requiere una cantidad muy elevada de información que no todas las entidades disponen.
  • Nivel de confianza: Se trata de la probabilidad de que el valor se encuentre dentro del intervalo definido. A la hora de definir el nivel de confianza se debe tener en cuenta la finalidad del VaR. Para fines regulatorios es recomendable utilizar niveles de confianza muy elevados, por ejemplo del 99%, dado que desea mostrar la robustez de la entidad a los reguladores. Sin embargo, cuando el objetivo del cálculo del VaR es la gestión interna de riesgos de la entidad, se cuenta con una mayor flexibilidad a la hora de definir el intervalo de confianza acorde con los requerimientos internos. En este caso, el intervalo de confianza del 95% es muy utilizado.
  • Pérdida máxima: cuantía de la pérdida máxima esperada expresada en moneda o porcentaje.

Por ejemplo, supongamos que una entidad financiera cuenta con un VaR a un mes con un intervalo de confianza de un 99% de 1 millón de euros. Dicho VaR implica que la entidad no va a perder más de 1 millón de euros en los próximos 30 días con una probabilidad de un 99% o, visto de otro modo, que la probabilidad de sufrir pérdidas superiores a 1 millón de euros durante los próximos 30 días es de un 1%.

Como se puede observar,  se trata de una medida muy intuitiva y de fácil comprensión. La representación gráfica del VaR es la siguiente:

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Una vez comprendido qué es el VaR, su finalidad y los elementos clave que intervienen en él, en una próxima entrega se mostrarán los principales métodos de cálculos usados por las distintas entidades financieras.

Estamos a vuestra disposición para cualquier duda o comentario.

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