Una vez más, a raíz de la crisis ‘subprime’ y sus secuelas, en los últimos meses han sido numerosas las recomendaciones emitidas por los órganos de supervisión bancaria. Desde que en 2010 se acordara, por los miembros del Comité de Basilea, su aprobación, las medidas recogidas en Basilea III están presentes en nuestro día a día como consultores de ALM.
Los Acuerdos de Basilea, o simplemente Basilea, recogen recomendaciones sobre regulación bancaria, enfocadas a mitigar y controlar los riesgos en el sector. Estos acuerdos son elaborados por el Basel Committee on Banking Supervision (BCBS).
El Comité fue establecido en 1975 y está formado por representantes del G-10 más Luxemburgo y España. Las reuniones se suelen realizar en la ciudad de Basilea, en Suiza, concretamente en el Bank of International Settlement (BIS).
Los Acuerdos de Basilea
Los acuerdos de Basilea I fueron publicados en 1988. Éstos establecían el concepto de Capital Regulatorio, dividiendo los elementos que lo forman en dos categorías o tiers en base a su capacidad absorción de pérdidas, protección del riesgo de quiebra y permanencia. Esta normativa ha sido la menos detallada de todas las que ha elaborado el Comité, pero para muchos la más efectiva. Se estableció un capital mínimo del 8% sobre el total de activos sujetos a riesgo.
Basilea II surgió en 2004, como extensión de los acuerdos de 1988, con el fin de detallar la normativa y ampliar la definición de la regulación. La principal preocupación del Comité durante la elaboración de la segunda entrega de directivas fue incluir el Riesgo de Crédito. Durante años se han implantado sistemas correctivos y evolutivos en la banca, para poder hacer frente a los requerimientos derivados de esta regulación.
Basilea II, del cual veremos más en la siguiente entrada del blog, está constituida por tres pilares:
- Requisitos mínimos de capital
- El proceso de supervisión de la gestión de los fondos propios
- La disciplina de mercado
Por último, la tercera entrega de estos acuerdos, que si bien se publicó en diciembre de 2010, todavía se sigue modificando y ampliando. Esta última publicación, es consecuencia directa de la crisis subprime y trata de limitar el crecimiento desestructurado de la banca. Así mismo, persigue controlar y establecer los niveles mínimos de liquidez y la calidad de los fondos propios.
Entre otras medidas, Basilea III incluye el control de ratios como el LCR y NSFR, directivas sobre CVA y el paquete CRD IV de la European Banking Authority (EBA). De todas ellas iremos tratando en este blog en las próximas entradas.