Regulación en el sector bancario: Basilea III

Cómo ya comentamos en las anteriores entradas de esta serie regulatoria, Basilea I y Basilea II, son numerosas las nuevas iniciativas que han surgido en el ámbito bancario internacional. En la actualidad coexisten numerosos entes reguladores y regulaciones que marcan el día a día de la actividad.

La Crisis Subprime además de ser el desencadenante de la que se conoce como la Gran Crisis, ha llevado a los órganos reguladores a plantear nuevas medidas y a solicitar información relativa a la situación de liquidez y al capital en las entidades de crédito.

La realidad es que el problema nació en entidades del sistema de Banca en la SombraShadow Banking-, entidades que no prestan dinero captado como depósitos sino por otros medios como puede ser la emisión de títulos. El Shadow Banking queda en gran medida fuera del ámbito de la nueva regulación ya que ésta busca la protección de los depositantes más que la supervivencia del sistema. Basilea III, tal y como está planteada en la actualidad no servirá para erradicar nuevas crisis del sistema pero debería ser suficiente para fortalecerlo y asegurar la supervivencia de la banca minorista sin necesidad de rescates por parte de los entes públicos.

Basilea III

Los Acuerdos de Basilea III fueron alcanzados entre los años 2010 y 2011, siendo publicada una primera versión en diciembre de 2010. La regulación cuenta con un plan de implantación por fases que debían ser cumplidas entre 2013 y 2015. Tras varias revisiones la fecha de finalización contemplada en la actualidad se situa en 2019.

El calendario actual propuesto, según la página del propio Bank for International Settlement (BIS) es el siguiente:

Los objetivos principales de la tercera entrega de Acuerdos del Comité se ha centrado en fortalecer los requerimientos de capital bancario, incrementando la liquidez y reduciendo el grado de apalancamiento de las entidades.

Los ratios de liquidez

En relación al nivel de liquidez el regulador ha definido dos ratios:

LCR -Liquidity Coverage Ratio-

Este ratio mide la liquidez en el corto plazo. Para realizar el cálculo se deben categorizar los activos en función de su grado de liquidez y los considerados Activos de Alta Calidad de Liquidez -HQLA- se dividen entre las salidas de liquidez de los próximos 30 días obteniendo un porcentaje que según el calendario anterior deberá ser superior al 60% en enero de 2015, 70% en 2016, etc.

Para más detalle sobre esta temática se puede leer la entrada sobre el LCR, en la que se explican las particularidades de este ratio en profundidad.

NSFR -Net Stable Funding Ratio-

Si el LCR medía la cobertura del riesgo de liquidez en el corto plazo, el NSFR hace lo propio para el largo plazo. Por sus siglas en inglés el Ratio Financiación Estable Neta es el coeficiente entre la «Cantidad de Financiación Estable Disponible» y la «Cantidad de Financiación Estable Requerida».

Por su especial relevancia dedicaremos una entrada exclusiva para este ratio en futuras entradas.

En el ámbito del capital, si bien no describiremos en esta entrada su alcance individual, las medidas a adoptar se basan el los siguientes preceptos:

  • Aumento de la calidad del capital
  • Mejora de la captura de los riesgos de determinadas exposiciones
  • Aumento del nivel de los requerimientos de capital
  • Constitución de colchones de capital
  • Introducción de un ratio de apalancamiento

Como comentábamos al principio de la entrada, Basilea III únicamente recoge una parte de los nuevos requerimientos que se han elaborado a raíz de la crisis subprime, no obstante el coste que supone dar respuesta a los mismos es muy elevado.

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